Las consecuencias del mal uso del WhatsApp entre los adolescentes (Capítulo dos)
Retomando el capítulo anterior sobre la reunión que sostuve con padres, tomaré el ejemplo de la madre que mencionó que ella le tenía filtro de páginas a su hijo en el celular y que además se lo revisaba constantemente. Ella precisamente era un modelo que representaba a un encargado responsable, sin embargo no tomó en cuenta que existen muchas formas de evadir esas reglas.
Un mes después de esa reunión, recibimos una noticia sobre una serie de estudiantes que tenían un grupo de WhatsApp en el cual se estaba compartiendo contenido inapropiado, era un grupo reducido, de cinco adolescentes, entre los cuales estaba el hijo de la ya mencionada madre preocupada.
La estrategia del joven era visualizar y mantener conversaciones inadecuadas a través de un grupo reducido de compañeros, allí recibía todo tipo de contenido, entre ellos videos y gif. Además otro problema que se genera con estos grupos es que suelen ir aumentando el nivel de confianza y si no se detecta a tiempo puede llegar a un punto peligroso, pues con el tiempo se dan conversaciones en los que involucran a terceros (generalmente mujeres) refiriéndose a ellas de forma machista y sexosa, por dicha este caso se detectó a tiempo y no hubo problemas mayores, más que reunirnos con los padres de los implicados.
En caso de haber referencias a terceros, ya sea en conversaciones el asunto se pone más serio, pues pueden hacer demandas judiciales por parte de los implicados y si hay gif o imágenes es aún más serio para los que compartieron la imagen y los miembro del grupo.
Por eso es importante detectar estos grupos a tiempo, pues como ya lo dije, se genera un tipo de confianza en la que los adolescentes se sienten libres y sin consecuencias, por eso empiezan a hablar de sus compañeros, a compartir gif o imágenes de otros sin consentimiento y demás. Es sabido que la imagen de alguien posee derechos y no puede ser compartido sin consentimiento, este simple hecho constituye un delito en sí mismo. Algunos adolescentes no le toman importancia y se creen inmunes, esos son los que aprenden con las consecuencias, es decir cuando tienen una denuncia judicial.
Es importante tomar en cuenta que las denuncias hacia menores de edad son también responsabilidad directa de los padres, por eso considero esencial este tema. Por ejemplo, al haber una denuncia hacia su hijo (que es menor de edad) lo involucra a usted como responsable legal y deberá asumir consecuencias también, tome en cuenta que lo visitará el organismo encargado de Infancia (PANI) para entrevistarlo y deberá asistir a audiencias judiciales junto con el menor de edad. En caso de resultar culpable usted también tendrá implicaciones.
Volviendo al caso analizado ¿Qué fue lo que sucedió? Resulta que el menor de edad mantenía conversaciones en el chat de WhatsApp por las noches y al finalizar borraba la conversación y las imágenes, eliminando toda evidencia, por eso fue difícil de detectar, el caso salió a la luz por una denuncia anónima.
Lo bueno fue que el caso se detectó a tiempo y no pasó a más, solamente se conversó con los padres junto con sus hijos sobre las implicaciones del uso irresponsable de la red.
Esto nos enseña que aunque tengamos los mejores filtros en el celular de los menores de edad y los mejores controles, la verdad es que no son suficientes. Lo más importante es mantener comunicación y confianza de los hijos desde la niñez, haciéndoles ver lo bueno y lo malo de la sociedad, además escuchándolos en sus problemas y ofreciendo los mejores consejos. Esto creará confianza en ambas partes, formando relaciones más comunicativas, afectivas y sanas.
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